COMPRAS Y COPAS

Me encanta tirarme en el sofá y no hacer nada, pero algunas veces lo que me mejor sienta es enlazar un plan con otro y otro y otro. Los últimos días han sido un poco así.
Viernes: Salgo del trabajo corriendo para comer con A-Style y ponernos al día. Entre su visita y la de Snow, me da tiempo de ir a una de mis tiendas favoritas y comprarme una camisa moníiiiiisima.

Llega Snow y nos damos a la bebida... llega el Chueco y seguimos dándole al vino blanco, llega el marido de Snow y abrimos otra botella... Llegué al japonés en un estado etílico considerable... eso... o los palillos estaban trucados... porque qué desastre, por Dior!

Teníamos entradas para ir al Giggling guiri, un Club de la Comedia en inglés en el Teatro Alfil a ver a este chico tan mono. Snow y yo éramos casi las únicas españolas, estábamos completamente rodeadas por ingleses, australianos, americanos y un Chueco. El mito de que cuando estás un poco "alegre", hablas mejor inglés (o el idioma que se tercie), parece que también se puede aplicar a la comprensión de los chistes... Yo que creía que, para quedar de dignas, íbamos a tener que reírnos sin ganas cuando el resto lo hiciera (tipo serie americana con risa enlatada) pero no!! Casi lloramos de la risa durante dos horas (el vino y el mojito de antes tuvieron que ayudar, fijo!!): Danny se salió.

Sábado: Compras con el Tornado.
Ir a Chueca con Tony y no entrar en Adidas es como ir a París y no ver Torre Eiffel... Imposible!! Pobre de mí, me dejé seducir esta vez.

Para empezar... ¡¡Yo en Adidas y sin poner cara de "esto no va conmigo"!! Como no había nada que molara en la parte de chico, nos fuimos a la de chica y... me enamoré, he tenido un flechazo con una chaqueta de la colección de Missy Elliot. Sí, lo sé, ni Missy ni Adidas están entre mis opciones habituales... pero soy débil y estaba de resaca... ¿la excusa convence o no? A mí sí...

Tony se fue y llegó A-Style, que se quedaba a dormir en el Hostal. Más vino (el sábado cambiamos a tinto) y más risas jugando a una versión improvisada con mímica de Tabú.
El finde estuvo muy bien, pero... lo mejor estaba por llegar.

El evento del siglo fue el martes. Coctel y cena de El Bulli, espectáculo exclusivo de Sara Baras y 900 personas para hacer un poco de bulto. No está mal para un martes, ¿no?

Muchas copas en el cóctel y muy poca variedad de "canapieses": 4 ó 5 para ser exactos... Discursos varios... incluido el de la Espe, que parece ser que practica mucho el francés en sus ratos libres... No, no me la encontré en el baño haciendo un George Michael, me refiero al idioma, claro.

La cena... tanto rollo con que el F. Adrià, con que es el mejor restaurante del mundo.... y he comido mucho mejor en cualquier restaurante de Chueca. ¡Qué desilusión, de verdad!. Vale que no es lo mismo comer de catering que en el restaurante, vale que eran 1000 personas y blablablá, pero ¡¡es el Bulli, hombre por Dior!! Al menos el Chueco y yo estábamos en la mesa divertida y nos reímos cuanto quisimos porque lo que es la comida... Ya sabíamos que nos quedaríamos con hambre, pero que la dorada estuviera casi cruda (y la intención no era ponernos sushi)... fue un poco low peor.

Sara Baras se salió. Elegante, con una fuerza y un estilo innegables y nada diva. Dejó boquiabiertos hasta a los que no les gusta el flamenco. La opinión ha sido unánime: IMPRESIONANTE. ¿Y sus piernas? ¡Qué piernas! Me las pido para Reyes, gracias!

Todo el mundo contento (no precisamente por tener el estómago lleno, sino por el vino y las copas) enfilando para casa y en pleno parking, nuestra compi M. rompió aguas... Ya habíamos estado con la coña de que el bebé iba a salir a bailar con Sara o que a ver si rompía aguas en pleno evento... pero qué consideración, oye... se esperó a que sus padres dieran por terminada la noche y la empezó él... Habría pagado por verlos en urgencias, él de traje y corbata, ella de vestido largo y con contracciones!!!!

Con tremenda agenda, no he tenido hasta hoy ni un momento para postear. ¿Me perdonáis?