"El año que viene repito, tenga el cartel que tenga". Este es mi resumen de Creamfields. Si fuera malaperzona, acabaría así el post, pero como soy una niña buena (y obediente... sólo a veces), sigo.
"Nivelón, nivelón, nivelón" y "El pelo, no" fueron las frases más repetidas durante las 16 horas de Festival. Ah! y "¡Qué house más suave!" Bueno, dejo ya de hablar en pseudo-clave que si no, esto no lo va a entender ni Dior y eso q por aki, la peña entiende, algunos cual perras...
Mexplico... Está claro que con el cartel que había, el musicón estaba más que asegurado. Ya nos habíamos trazado el itine-horario para que no faltáramos a ninguna de las citas importantes. St Etienne (que casi duermen a las ovejas), Deep Dish, Goldfrap, Faithless (que se salieron por todos los lados), Chemical Puff-Brothers (un PUFF con mayúsculas, q me dio exactamente igual porque nunca han sido de mis favoritos), Sacha, Carl Cox, y luego ya sin fin de Diyéis de cuyo nombre no puedo acordarme (es q en la carpa no se veía ná ji ji ji). Alter Ego, Vitalic y Tiga, seguro, pero... había alguno más... Ha quedado claro lo de la música, ¿verdad? Pues hala, a hablar de lo importante.
Había 3 escenarios y una carpa, un microclima (pa refrescarse) y buenorros. Muchos buenorros. Miles de buenorros. Diría que un 90% era heteros y sin novias (o las habían aparcado junto a sus coches "tuneados"). Chicas, de las 40.000 personas, pues... habría 5.000, EN SERIO. Y aunque esté mal que yo lo diga, la mayoría eran... bastante feas. (Y no vale llevarme la contraria, Chueco, q te conozco!). El pueblito estaba literalmente tomado por una masa impresionante de gente medio desnuda, bronceada y fibrada... ¡QUÉ ENFERMEDAD!
Nada más llegar nos encontramos con la muscu-trouppe de Alber-Nena (esta parte te la dejo a ti, Torneido, por ser el protagonista). Digamos que Tony llegó y besó al chulazo. Triunfito (así lo llamábamos antes del blog) hizo honor a su nombre y en el minuto 30 del festival ya tenía fulanito. ¡¡Y qué fulanito!! Monísimo, cachas y encantador (no, no se enrolló con el Chueco, bueno, SÍ, pero eso fue más tarde).
Como suele pasar en este tipo de fiestas tan multitudinarias, el grupo a ratos se dividió, se volvió a unir, pero el Chueco, Tony, su chulazo y yo no nos separamos en toda la sesión. Estumos con el Koala, Ivan Trash (guapísimo, con el look malote que le daban las gafas de sol) y un amigo suyo, con los 4 amigos del Chueco que vinieron desde Manchester para Cream, estuvimos con Rasko (sin saberlo, qué pena no verte y qué pena que de las niñas que viste, ninguna fuera yo)...
Cuando llevábamos 6 horas de festival y nos dimos cuenta de que sólo eran las doce de la noche... ¡qué fuerte! Aún quedaba lo mejor. Aguantamos como campeones, sin cansacio, ni quejas ni ná. Estamos hechos unos party-animals.
Y bueno, a eso de las 3 o las 4 o Dior sabe qué hora sería, nos adentramos en la jungla de la carpa. Aquello era como un Space, abarrotado de gente que bailaba, sudaba y se rozaba... ¿He dicho que aquello estaba lleno de buenorros y que yo iba en Dolce-bikini y minifalda? Pos-eso... Triunfé como la Coca-Cola.
Entre el calor, el acaloramiento y la sublimación de la amistad propia de las 5 de la mañana (aún en la carpa), al Chueco le dio por morrearse con su amigo (sí, amigo, no me han bailado las letras) y se desató la bacanal. El Chueco y el Tornado, la Niña y el Tornado... a morrearse todo el mundo!!!! Si al final, va a tener razón el So-called-friend de los co.... (que conste que no es la primera vez que el Tornado opera de amigdalas a mi novio y no será la penúltima ni la antepenúltima).
Acabamos en la playa, que más q playa era un estercolero de los limpios y pulcros campistas que habían montado allí su chiringuito. M. the Fab (el otro q morreo con mi novio, snif, snif), sus tres amigas y la trouppe no aguantamos más de media hora allí, muy agradable, pero ¡¡¡somos demasiado fash para sentarnos entre restos de botellón!!