Gracias por venir!

Cambiamos los planes unas tres veces, pero lo que teníamos muy claro Chueco y yo era que nos apetecía descansar y hacer algo diferente. Teníamos el jueves y el viernes libre, que unidos al día 12 no estaban nada mal para una escapadita.

Troy nos tentó después de que descartáramos el viaje a Roma, pero al final decidimos ir a ver a Ed a Bilbao. Ya he hablado de Ed. Vivimos juntos 2 años en el Hostal y sigue siendo "mi marido". Volvió a Bilbo en mayo y le echamos mucho de menos.

Como no salí el martes de marcha (algunos volvieron a casa haciendo eses y que conste que no quiero mirar a nadie…), el día festivo lo pasé haciendo el obligado cambio de trapitos de verano por modelitos de invierno. Me encanta redescubrir mis prendas favoritas. Convertí la suite del Hostal en un showroom. (Dior mío, ¿dónde voy a guardar todo esto?). Terminé ya haaaaarta y comprobé que no me ha quedado espacio ni para un par de medias más y eso que aún no me he ido de compras esta temporada… (Chueco, inspira, expira, inspira, expira).

El jueves llegamos a Bilbo y ya de entrada, nos pusimos hasta arriba de pintxos con Ed cerca de la Plaza Moyua y seguimos hacia Santander. ¡¡Qué nivelón de tiendas!! Ya Ed me había avisado de que amarrara la tarjeta a la cartera, pero para variar, no pude reprimirme. Este finde he honrado al apodo con el que me bautizó Fash Daddy: Imelda. Me hice con unas botas superfash de Fornarina, (Tornado, vas a flipar!) en Santander y con otras altas color cereza en Bilbao. Por supuesto, no sólo fuimos de shopping también hicimos turismo (un poquito sólo…).

Y como R., mi amigo de la infancia vive allí, cenamos con él, nos pusimos al día y cotilleamos un poco. (No puedo con tanto embarazo y tanta recién parida, por Fagor!!).

El viernes regresamos a Bilbao. Minisuite en pleno centro, justo al lado de lo importante, DKNY, Diesel…Lo que hicimos allí creo que no hace falta explicarlo demasiado… Comer y beber a lo bestia… lo normal… He de decir que triunfé en el restaurante: aunque iba acompañada por Ed y Chueco, la cuadrilla de 15 tíos de la mesa de al lado no se cortó en silbar y en dar voces cuando nos íbamos… un poco low… Y nos fuimos a ver a N. al K2. ¡¡Qué destornilladores más ricos!! Y luego, arrastrando un poco los tacones, llegamos a Le Club, que había cambiado de decoración, de música y de gente… Mucho mejor, la verdad…

El sábado, paseo por el casco viejo. Vimos un bar muy religioso, creo… Tenía las fotos de un montón de santos colgados de la pared y a juzgar por el olor, estaban quemando incienso o algo… qué devotos, oye… Lo que me resultó más curioso es que junto a algunas de las imágenes había una dirección a la que poder escribirles... Módulo no sé qué… en Alcalá algo… no sé, muy raro aquello, yo pensaba que sólo se les mandaba carta a los Reyes Magos…