Al final, lo de la “mala salud de hierro” de mi querido Sabina, va a ser verdad…

Los últimos meses han sido un no-parar de fiestas y trasnoches… y yo, tan divinamente, Carmen.

Me propongo ser buena este finde (además de que con el frío que hace, a ver quién es el guapo que se echa a las calles), nos dedicamos a redecorar nuestra vida y hoy me despierto con la cabeza como un bombo y con un malestar general que me impide levantarme de la cama…

Pues vale… Si es que no se puede una portar bien…

Así que estoy en el Hostal, con la sensación de llevar una losa (y no de las que intentar vender los chinos, envueltas en papel celofán) en la cabeza.

Y hablando de todo un poco… ¡qué coñazo de gala anoche, por Dior! Aún así, lo vi un rato… No sé por qué me engancho siempre a estas cosas…

Estoy encantada con el Goya a Mateo Gil, porque su trabajo me ha gustado siempre, porque es canario y además, ahora vecino! Llevo encontrándome por casualidad a este chico desde que me lo presentó el profe de Cine en la Facultad de Periodismo en Tenerife hace unos cinco añitos...

También me he alegrado mucho el Goya a Óscar Janeada, un tío con estrella, que suele dejarse ver mucho por Space, BTW…

Candela Peña volvió a dejar huella dedicando su Goya a las putas y a las actrices: a las que ejercen y a las que no… TOMA YA!

De los estilismos de la Velasco y del modelito de la Ministra, como que mejor no hablar…

Antes de que mi estado febril me haga desvariar aún más de lo habitual… mañana más…